Yo, tú, él, nosotros, vosotros,
ellos, TODOS. Sí, todos somos personas.
Personas con sus diferencias, pensamientos, emociones. Con sus gustos,
aficiones, ideales… Diferentes.
La diferencia entre todos y cada
uno de nosotros, somos nosotros mismos. Porque es imposible pensar y actuar
como otra persona, porque tú, eres tú. Todas estas diferencias, a veces más
grandes que otras, son la causa de los conflictos que hoy día suceden en
nuestro planeta. Claramente acompañado de otros factores (avaricia, engaño…)
Desde que nacemos hasta que
morimos debemos ser libres, repito, debemos. En cuantiosas ocasiones la
supresión de libertad de una persona en su vida viene dada por el lugar que
nace y época. Pero en lugares más desarrollados como puede ser nuestro país, la
libertad para una persona es “obligatoria”. Vamos creciendo, conociendo un poco
más de vida y nuestro camino puede ser sencillo, sin complicaciones, pero a
veces, hay piedras e incluso rocas que nos impiden el paso y eso puede cambiarnos
completamente.
Con respecto a las diferencias de
las personas solo hay una manera de establecer un control entre ellas y como ya
sabemos, son las normas, leyes. ¿Supresión de nuestra libertad? No lo creo. Por
eso han sido estudiadas y afirmadas. Las leyes, no las podría llamar supresión
de libertad, pero sí que podría llamarlas límite. Porque en nuestro camino
tiene que haber límites, puede que sin ellos hagamos daño a personas y entonces
¿Dónde está la libertad de esas víctimas?
Bien por circunstancias de la
vida, por influencia familiar, social, ausencia de una base de educación, estos
límites que nos marcan las leyes se puedan
pasar por alto. Sí, se incumplan, manipulen o pasen desapercibidas,
llamémosle infligir la ley. Para estas infracciones existen una serie de
“castigos”, consecuencias que conlleva la infracción.
Gracias a todos los
especializados en justicia y similares, se pueden establecer estas consecuencias. Pero
realmente ¿Siempre son justas? La
polémica que puede llevar cada caso judicial puede ser infinito por (volvemos
al principio) la diferencia entre las personas.
En casos de mayor gravedad se
produce un internamiento en prisión, durante el tiempo que la justicia le haya
otorgado. En casos de menor gravedad se imponen fianzas, en la que el acusado
deberá pagar. En algunos países existe la cadena perpetua y la condena a
muerte. Sobre todo la segunda, tiene un gran impacto en la sociedad, porque
todas las personas que forman la justicia, como personas que son, pueden llegar a equivocarse y producir la
muerte de un acusado realmente inocente o por la sencilla razón de que se está
incumpliendo uno de los derechos humanos, la vida. Una forma fácil y útil que
veo, es la posibilidad de sentenciar al acusado con trabajos sociales, bien sean
de limpieza, ayudas a personas mayores…
Otra gran polémica hoy día es la
lentitud en los juzgados, que en los últimos seis años ha llegado a subir casi
un 27%. Una denuncia, puede tardar años en procesarse y así que salga su
respectivo juicio. ¿Pero qué solución se le podría poner? Quizás casos que no
fueran llevados solo por jueces, aumentar las plazas para las duras oposiciones
de estos… Cualquier solución sería buena para acelerar este problema que
persiste en nuestro país.
Ahora bien, ¿Por qué no cumplir
las leyes y evitar todos los problemas que conllevan sus infracciones? Es
difícil, pero no imposible. Así que lo mejor es ser tú mismo, pero siempre
teniendo en cuenta el, tú, él, vosotros y ellos, porque no somos únicos y la
convivencia en este planeta no solo depende de unos cuantos.
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