domingo, 17 de junio de 2012

Derecho, razón, equidad.


Justicia. La palabra justicia se define como: “Aquello que debe hacerse según derecho o razón” y también como: “Derecho, razón, equidad”.
A lo largo de la historia esta palabra ha sido muy utilizada, incluso como en el caso del Borbón  Fernando VI apodado “el Justo”, o en la Biblia que cita al Rey Salomón como el Rey justo.
La justicia indica igualdad, igualdad para todos. Como dijo Paul Auster: “Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario ya no sería justicia”. Y ahora yo me pregunto, ¿a lo largo de la existencia humana ha habido justicia?
Parece fácil decir que en la antigüedad no, debido a que había una desigualdad extrema con respecto a las diferentes clases sociales. Ahora bien, es más difícil valorarlo en la actualidad. ¿Nos encontramos en un planeta en el que desde que nacemos se imparte justicia? Pienso que la vida es totalmente injusta en muchos momentos, por ejemplo ya desde el nacimiento, tú no decides nacer en una familia rica, buena,… o en un país desarrollado, sino que sucede así, como por “sorteo”. Una vez ya en el mundo, pongamos que has caído en una familia de clase media, en un país como España. Aquí la justicia se fundamenta en la ley, sin embargo estamos viviendo en un momento en el que la corrupción está a la orden del día, las violaciones, robos, venta ilegal,…  No encuentro una salida a todos estos problemas, la justicia se encarga de castigar estos delitos, pero en todos estos casos el delito ya está hecho y por lo tanto la desigualdad ya se ha producido. La justicia está implantada siguiendo unas pautas conocidas por el nombre de leyes, definidas como  precepto dictado por la autoridad competente, en que se manda o prohíbe algo en consonancia con la justicia y para el bien de los gobernados”. Es decir, “el ojo por ojo” no sería justicia ya que tú igualas el dolor por tu mano y no es la autoridad quien decide la pena.
Es probable que nunca podamos vivir en un mundo de absoluta igualdad, en el que la justicia iguale el delito con la pena, con el dolor producido. Tal vez esta cuestión deberíamos verla en negativo, es decir, tal vez sea más fácil poner en evidencia la injusticia que la justicia. Al menos se debería evitar o subsanar la injusticia.
El símbolo de la justicia es una balanza. Será difícil que su fiel señale siempre el cero, pero si al menos existe, tendremos la oportunidad de luchar por ella. Creo que la mejor manera que cada uno de nosotros tiene para ello es “la verdad”.
La justicia a través de la verdad no nos hará iguales, seguramente porque no lo somos, pero nos hará libres.

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