sábado, 16 de junio de 2012

La ironía de la justicia


Como diría, aproximadamente, el protagonista de una conocida película: Está disertación se la dedico a la señora Justicia en honor a las vacaciones que se está tomando. Una frase muy directa, es cierto, pero en ella se puede resumir tanto de que voy a hablar (la justicia, el sistema judicial actual) y la opinión que me merece.
La Justicia surge de la necesidad del ser humano de mantener la armonía entre los integrantes de las sociedades; y establece un ambiente propicio para las relaciones entre personas  e instituciones, tratando de controlar los comportamientos de ambas partes. Esta es la forma de describir la justicia según un diccionario, y seguro que todos estaríamos de acuerdo con esta definición. Ahora bien; llegados a este punto debemos hacernos la pregunta: ¿Hay justicia hoy día?
Si la situación actual la comparamos con la de hace siglos, o incluso si nos remontamos hasta hace unas décadas, podemos decir que sí, en la actualidad el sistema y la sociedad en general es más justo. Sin embargo esto no quiere decir que haya justicia en sí. Para ello me remito a dos casos muy conocidos por todos nosotros. Hablo de los casos de Marta del Castillo y el cierre de Megaupload. En el primer caso, por un asesinato y varios años de juicios, los responsables por poco quedan en libertad, mientras que en el segundo caso, por la creación de una base de archivos en internet, la condena asciende a 50 años. Éticamente se podría pensar que es una situación completamente injusta. Sin embargo jurídicamente sí es justo. Estos casos se han resuelto nada más y nada menos que conforme a la ley.
Esto lleva a la formulación de otra pregunta: ¿Quién tiene la culpa de este tipo de situaciones generalmente vistas como injustas? Desde mi opinión; el sistema judicial y la propia ley. Es verdad que ambos tratan de dar la mayor justicia posible, recurriéndose a conceptos como la presunción de inocencia; el hecho de no tener que demostrar la inocencia, sino la culpabilidad. Es una medida que sí es justa en el sentido de que se aplica a todos por igual y da más posibilidad al acusado de no ser condenado. Pero hay veces que este tipo de medidas excede el límite de la propia justicia. En cierto modo llega a defender al culpable y en muchas ocasiones, dejarle en libertad. ¿Qué ocurre entonces? Una medida justa, como esta presunción de inocencia, ha servido para crear una situación injusta, la liberación del culpable. Desde luego un sistema que trate de ser justo no debe permitir que este tipo de casos se produzcan.
Por otro lado este sistema está manejado lógicamente por personas, pero la naturaleza del ser humano se caracteriza por errar, y esta cualidad, por desgracia, se da con bastante frecuencia en el ámbito jurídico. Con esto no pretendo decir que sea conveniente que el sistema esté controlado por máquinas, etc. Simplemente remarcar el hecho de que el propio sistema se equivoca.
En resumen, vivimos en un mundo que indudablemente ha mejorado muchísimo a lo largo del tiempo, y estamos en cotas altas de justicia. Aún así, hoy día se siguen produciendo situaciones injustas provocadas por el propio sistema que trata de defender la justicia. Ahora solo es cuestión de darnos cuenta de ello y poner empeño en cambiarlo. 

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