Como diría, aproximadamente, el protagonista de una conocida película:
Está disertación se la dedico a la señora Justicia en honor a las vacaciones
que se está tomando. Una frase muy directa, es cierto, pero en ella se puede
resumir tanto de que voy a hablar (la justicia, el sistema judicial actual) y
la opinión que me merece.
La Justicia surge de la necesidad del ser humano de mantener la
armonía entre los integrantes de las sociedades; y establece un ambiente
propicio para las relaciones entre personas
e instituciones, tratando de controlar los comportamientos de ambas
partes. Esta es la forma de describir la justicia según un diccionario, y
seguro que todos estaríamos de acuerdo con esta definición. Ahora bien;
llegados a este punto debemos hacernos la pregunta: ¿Hay justicia hoy día?
Si la situación actual la comparamos con la de hace siglos, o incluso
si nos remontamos hasta hace unas décadas, podemos decir que sí, en la
actualidad el sistema y la sociedad en general es más justo. Sin embargo esto
no quiere decir que haya justicia en sí. Para ello me remito a dos casos muy
conocidos por todos nosotros. Hablo de los casos de Marta del Castillo y el
cierre de Megaupload. En el primer caso, por un asesinato y varios años de
juicios, los responsables por poco quedan en libertad, mientras que en el
segundo caso, por la creación de una base de archivos en internet, la condena
asciende a 50 años. Éticamente se podría pensar que es una situación completamente
injusta. Sin embargo jurídicamente sí es justo. Estos casos se han resuelto
nada más y nada menos que conforme a la ley.
Esto lleva a la formulación de otra pregunta: ¿Quién tiene la culpa de
este tipo de situaciones generalmente vistas como injustas? Desde mi opinión;
el sistema judicial y la propia ley. Es verdad que ambos tratan de dar la mayor
justicia posible, recurriéndose a conceptos como la presunción de inocencia; el
hecho de no tener que demostrar la inocencia, sino la culpabilidad. Es una
medida que sí es justa en el sentido de que se aplica a todos por igual y da
más posibilidad al acusado de no ser condenado. Pero hay veces que este tipo de
medidas excede el límite de la propia justicia. En cierto modo llega a defender
al culpable y en muchas ocasiones, dejarle en libertad. ¿Qué ocurre entonces?
Una medida justa, como esta presunción de inocencia, ha servido para crear una
situación injusta, la liberación del culpable. Desde luego un sistema que trate
de ser justo no debe permitir que este tipo de casos se produzcan.
Por otro lado este sistema está manejado lógicamente por personas,
pero la naturaleza del ser humano se caracteriza por errar, y esta cualidad,
por desgracia, se da con bastante frecuencia en el ámbito jurídico. Con esto no
pretendo decir que sea conveniente que el sistema esté controlado por máquinas,
etc. Simplemente remarcar el hecho de que el propio sistema se equivoca.
En resumen, vivimos en un mundo que indudablemente ha mejorado muchísimo
a lo largo del tiempo, y estamos en cotas altas de justicia. Aún así, hoy día
se siguen produciendo situaciones injustas provocadas por el propio sistema que
trata de defender la justicia. Ahora solo es cuestión de darnos cuenta de ello
y poner empeño en cambiarlo.
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