domingo, 17 de junio de 2012

LA JUSTICIA INTERNA


Cuál es la verdadera justicia?
Muchos creen saber la respuesta, pero lo más inexplicable es que la mayor parte de dichas respuestas no tienen nada que ver las unas con las otras. La palabra justicia, es mucho más que una palabra simple, es una palabra que abarca un gran contenido de significados tanto éticos como morales. Justicia, abstracto, impredecible, desconfiado, un sinfín de calificativos son los que lleva la justicia cargados a su espalda, la justicia encargada de juzgar los actos y acciones que lleva a cabo la sociedad, no se libra de la quema y es juzgada por cada uno de nosotros. ¿Realmente es justa la justicia? La justicia es por naturaleza imparcial, no se deja amedrentar por ningún factor externo y se encarga de juzgar a aquellos que incumplen las leyes estipuladas, la verdad es que pocas veces suele fallar, pero bien es cierto que como todo ser humano, puede equivocarse dado el caso, como bien dice el refrán el que tiene boca se equivoca. Toda persona que es sometida a un juicio, en derecho de acusado, haya hecho lo que haya hecho, tiene en primer lugar derecho a la presunción de inocencia, siendo inocente hasta que se demuestre lo contrario. Cualquier persona que haya sido juzgada y haya pagado su condena, tiene derecho a intentar empezar de cero, cuando sea puesto en libertad, como bien se dice, no todo el mundo es perfecto, todos podemos cometer errores y todas las personas tienen derecho a una segunda oportunidad.

¿Qué tiene que ver la justicia con la filosofía?
Ambos son conceptos, que presentan una estrecha relación, la justicia en su significado y en su práctica, consta de una dura lucha interna entre los principios éticos y morales, sobre qué es o no lo correcto, el no dejarse llevar por sentimientos como el rencor, el desprecio, ser justos y siempre imparciales.
¿Quién rige lo que está bien o lo que está mal? Desde el punto de vista filosófico, se dice que esta labor forma parte de nuestra conciencia, cuando la persona lleva a cabo una acción, dentro de nuestra cabeza, la conciencia es como una pequeña voz que nos juzga a nosotros mismos, advirtiéndonos de las consecuencias de nuestros actos y si éstos son correctos o no. Llevado al plano jurídico, los jueces son los encargados mediante un consenso y un juicio, de juzgar los delitos cometidos, pero puestos a reflexionar, ¿Qué sería de esta vida sin normas, sin leyes, sin rendir cuentas a nadie?
No habría centros penitenciarios, no habría condenas estipuladas a largo plazo, no habría policías ni dictadores…sin ningún rey al que venerar, ningún jefe al que escuchar, ninguna ley que obedecer, sin fingir ni discutir, tan sólo existir…
Todo esto no sería mas que un sueño, algo irreal, abre tu conciencia y mira en las paredes, se justo contigo mismo y fiel a tus principios.

Juzgar, no es una tarea fácil, depende de una gran cantidad de factores, examinar detenidamente los actos, las consecuencias etc. Lo que está claro es que nunca una sentencia mantendrá a todo el mundo contento, cada uno mira por sus intereses y al final algunos saldrán contentos y otros no tanto, nunca llueve a gusto de todos…

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