domingo, 17 de junio de 2012

NO SIEMPRE EL CULPABLE PAGA


      Sería ideal que todo aquel que hace algo malo en la vida pagara por ello teniendo un castigo acorde con el delito, pero todos sabemos que esto no siempre es así.

 Un buen ejemplo son los grandes narcotraficantes, que son los que realmente mueven las grandes cantidades de droga por todo el planeta y éstos muchas veces salen indemnes, sin embargo los que trafican a pequeño nivel son a los que siempre cogen y son duramente castigados, cosa que veo bien si a los traficantes de alto nivel se les castigara también, pero esto no siempre pasa así.

 Una cosa  que también influye en la justicia es el dinero que cada uno tenga. Si tienes mucho dinero puedes contratar grandes despachos de abogados y aunque el delito sea muy grande ellos luchan para que tu pena sea la menor posible, y normalmente lo consiguen. En cambio la gente que no tiene tanto dinero, no tiene a veces la defensa que necesitan y tienen mayor pena a menor delito.

Últimamente creo que la justicia está demasiado politizada, dejándose influenciar los jueces muchas veces según al partido político al que pertenezcan. Si el acusado es afín a su partido político puede salir beneficiado en la sentencia pero, si eres de otro partido con ideas contrarias a las del juez, puede condenarlo más severamente por no compartir sus ideales. La política y la justicia nunca deberían mezclarse.

 A mi parecer existe también otra justicia. En esa justicia en la que aquella persona que va cometiendo delitos constantemente, el tiempo lo pondrá en su sitio y al final de una manera u otra  pagará por lo que ha hecho. La gente que es mala es rechazada socialmente por los demás y al final se ve sola, y aunque tenga mucho dinero no podrá ser feliz, su consciencia no le dejará tranquila y vivirá con el miedo a poder ser descubierto en cualquier momento.

Aunque la justicia tiene sus ventajas y sus desventajas debemos confiar en ella y pensar que se irá mejorando poco a poco con el tiempo, debemos de acatar las leyes y confiar en la profesionalidad de todas las personas dedicadas al cumplimiento de la justicia.

Para terminar esta disertación, decir que las leyes están ahí para algo, aunque no se sancionan a veces de la manera adecuada, son un buen método contra los sancionados.

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